jueves, 18 de octubre de 2012

MI MUNDO



Os presento la rutina de todos los jueves de mi vida:

            Ey chipirón, todos los días sale el sol chipirón, todos los días sale el sol chipirón, todos los días sale el sol… Si muy bonita la canción, pensareis todos… pero si suena todos los días ya aburre y más si es para despertarme a las 7:30 de la mañana. Debo decir que, a pesar de que mi despertador lo haga con la mejor intención del mundo, siempre se lleva su golpecito je je je. Ya veis, me enfurezco, pero respiro hondo y me susurro esta frase: “¡Melani venga con energía que hoy será un buen día!”

            Una vez arriba, busco mi vitamina para mantener el ánimo a lo largo de la mañana, por lo tanto, me preparo un desayuno completísimo. A continuación, me lavo los dientes y me organizo todo lo necesario para ir dirección a la parada del tranvía, al que le debo todo, pues me salva todos los días de mi retraso. Ahora es cuando llega el momento de ocupar mí tiempo en las aulas, que no es poco, la prueba… el humo que sale de mis orejas de recibir tanta información, sin que mi mente pueda descansar un mísero segundo.

            14:00h ¡RING-RING-RING! Llegó la hora, me pongo en marcha y camino hasta mi casa. Cierto es que el trayecto es una pesadilla, ya que el rugir de mi estómago va en aumento. Siempre dicen que lo bueno se hace esperar, de modo que no me queda otra opción, tengo que controlar mi impaciencia.

            Bien, ya estoy sentada en la mesa disfrutando de una deliciosa comida con la mejor compañía, mi familia. No os podéis imaginar lo que me relaja compartir con ellos los momentos del día. Después de un kit-kat, volvemos a atacar, lo que significa retomar los libros. Tras dos horas de estudio interminables, por fin puedo relajarme dando un paseo a mi adorable perrito “Golfo”.

            Finalmente… ¡al agua patos! Adoro la duchita del día, me hace dormir como los ángeles. Buenas noches y dulces sueños.

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